El fotógrafo canadiense Christopher Herwig ha recorrido durante 12 años lo más remoto de Tayikistán, Georgia, Bielorrusia, Rusia y Ucrania para obtener imágenes de la curiosa y, a veces, extravagante arquitectura de las paradas de autobús de la era soviética.
El gobierno de aquella época permitió que esas pequeñas formas arquitectónicas florecieran como reflejo de los valores soviéticos y resultaron ser la avanzadilla de la representación de sus valores.
“Parecía que cada una tenía una personalidad completamente única. Empecé a darme cuenta de que, detrás del Telón de Acero y de los clichés sobre la Unión Soviética con los que crecimos en Occidente, había millones de personas soñando despiertos y superando los límites de la creatividad”, ha dicho en una entrevista a The Guardian.
Vía: Christopher Herwig
