sábado, 12 de abril de 2014

Viviendas ingeniosas en lugares inesperados

El fotógrafo Iwan Baan no está interesado en lo que los arquitectos diseñan, sino en como las personas se apropian de los espacios construidos, una vez que los promotores se han marchado.

Baan nos muestra imágenes increíbles de comunidades que prosperan de forma bastante opuesta a la uniformidad de los suburbios.

En primer lugar, Baan nos lleva a Chandigarh (India), donde las personas habitan en edificios creados por los arquitectos modernistas de Le Corbusier.

Posteriormente, Baan nos traslada a Caracas (Venezuela), donde un edificio de 45 pisos abandonado se ha convertido en una ciudad en miniatura.

A partir de ahí, pasaremos por un barrio pobre de Nigeria, construido sobre el agua, y por una comunidad próspera en El Cairo, en medio de montones de escombros y material de reciclaje.
Finalmente, por una ciudad construida bajo tierra en China.

Iwan Baan es arquitecto y fotógrafo documental. Ha trabajado con numerosos arquitectos reconocidos internacionalmente, incluidos Rem Koolhaas - OMA, Herzog & de Meuron, Zaha Hadid, Toyo Ito, Steven Holl, y Thom Mayne-Morphosis.

Las imágenes de Baan evolucionan en torno a la arquitectura y a su efecto sobre el contexto, utilizando el entorno construido como telón de fondo para las historias humanas íntimas y atemporales que se desarrollan en primer plano.

En esta serie muestra imágenes que, lejos de la arquitectura sofisticada, reflejan ejemplos tan fascinantes como preocupantes de construcciones nacidas de la necesidad absoluta.


En esta ciudad artificial de Chandigarh (India) se encuentra el Palacio de la Asamblea de Le Corbusier. Dos hombres se bañan y se visten en este edificio de hormigón perforado. Aquí han encontrado un espacio adecuado para llevar a cabo su rutina de cada mañana.






En Caracas alrededor del 70% de la población reside en barrios marginales que, desde el cielo, parecen cubrir de seda cada colina de la ciudad.


En el centro de Caracas se encuentra la Torre de David, un edificio de oficinas de 45 pisos. La muerte en 1993 del promotor, seguida del desplome de la economía venezolana provocaron que nunca se terminara de construir. Hace unos ocho años, la gente comenzó a ocupar esta construcción abandonada y, hoy en día, se considera la barriada vertical más alta del mundo.


Sin ascensores o escaleras mecánicas, la torre se eleva hasta casi 150 de altura. Las personas mayores o los menos capacitados físicamente habitan las plantas inferiores y los jóvenes sanos la parte superior. Los espacios públicos, como el hueco de la escalera, están pintadas con cuidado con el fin de que la torre parezca un edificio de apartamentos.


Con una temperatura media en Caracas de 28 grados, los habitantes tenían que encontrar maneras de provocar la circulación del aire en el interior del edificio. Los agujeros en la pared como éste cumplen el papel de sistema de ventilación y, al mismo tiempo, ayudan a los habitantes a una mejor comunicación entre las distintas partes del edificio.


En un ejercicio de ingenio, las familias delimitan su espacio con cualquier tipo de material que encuentran. Aquí, el periódico se convierte en papel pintado.


Cada vivienda de la torre está decorada con cariño.


La torre funciona con un sistema de micro-economías. En cada piso hay todo tipo de comercios y servicios: Iglesia, tiendas de comestibles y, en el piso 30, un gimnasio.


Como una colmena, la torre se extiende en forma de esqueleto para que cada habitante pueda crear algo por sí mismo, con los medios y herramientas que se pueda permitir.


En el centro de Lagos (Nigeria) se encuentra Makoko, una comunidad de aproximadamente 150.000 personas que viven y trabajan en estructuras sobre pilotes, a pocos metros sobre la Laguna de Lagos.


Makoko es a la vez un ejemplo de crecimiento incontenible de la población, y una increíble demostración de la capacidad humana para adaptarse a condiciones aparentemente inhóspitas.


Desde la peluquería a la sala de cine, todos los aspectos de la vida en Makoko se han adaptado para satisfacer las exigencias de la vida en el agua.


En Makoko, los desalojos forzosos son una realidad cotidiana. En respuesta a los planes del gobierno para limpiar el área, el arquitecto nigeriano Kunle Adeyemi construyó una escuela para niños. Hoy, toda la comunidad utiliza esta estructura, y el edificio aparece como un faro en el paisaje.


Bajo los acantilados de Mokattam en El Cairo, uno encontrará Zabaleen, una comunidad de cristianos coptos que se ganan la vida recogiendo y reciclando los residuos procedentes de hogares y negocios de toda la ciudad.


Los residuos recogidos se llevan a casa, donde se clasifican y se trituran antes de ser vendidos a un tercero. Para los habitantes Zabaleen, los residuos se vuelven casi invisibles.  Vivir entre montones de basura no es más que una nueva definición de la normalidad.


A nivel de calle, la zona parece estar en completo desorden, pero el interior de las viviendas conocen todo tipo de elaboradas opciones de diseño.


En las provincias de Shanxi, Henan y Gansu en China, existen enormes comunidades de "yaodongs", cavernas subterráneas que se excavan en el suelo de la Meseta de Loess. En la década del año 2000 se estimaba que alrededor de 40 millones de personas aún vivían en casas que se asientan a siete metros por debajo del suelo.


Para los agricultores pobres, la construcción de un Yaodong no supone casi nada. Todo lo que necesitas es una pala y un par de amigos para cavar la tierra. Y el resultado final es muy acogedor.






Vía: TEDHollegha Arquitectos y Deconcrete

No hay comentarios:

Publicar un comentario