El sector de la energía se encuentra en plena expansión en la India. Pero, las condiciones de trabajo en el norte del país son penosas.
El fotógrafo documental Souvid Datta exploró las minas abiertas de Jharia, en el noreste de la India, durante dos años. Las minas son fuente de carbón de alta calidad para el creciente sector industrial de la India, pero las condiciones de los trabajadores son a menudo ignoradas.
...La BCCL (Bharat Coking Coal Limited) es una de las mayores y más importantes productoras de carbón de alta calidad de la India, o carbón de acero. Sus 81 minas a través de las cuencas carboníferas de Jharia y Raniganj, en el cinturón de carbón de Jharkhand, proporcionan casi el 50% del carbón de coque necesario para todo el sector siderúrgico integrado de la India. La empresa es una filial de Coal India Limited, el mayor productor mundial de carbón, que aporta alrededor del 82% de la producción de carbón de la India.
Fundamentalmente, casi toda la producción de carbón en la India se nacionalizó en 1973 y lo sigue siendo hoy: tanto BCCL como CIL son productores de carbón estatales.
Oficialmente, BCCL no contrata a menores de edad, y también niega que operaciones de minería ilegal tengan lugar dentro de sus minas. Pero, desde la nacionalización del carbón en los años 70, una de las mayores industrias resultantes ha sido la "Mafia del Carbón", un término local y coloquial con el que se denomina a las organizaciones ilícitas que se benefician de la minería ilegal. La industria es muy corrupta y, en las últimas décadas, han proliferado la explotación infantil, las prácticas laborales ilegales, la negligencia corporativa y la violencia de pandillas en Jharia.
La mayoría de los residentes locales que viven en las minas de BCCL son antiguos campesinos que proceden de la agricultura, que vieron sus cosechas arruinadas por la expansión de la compañía y por una tierra cada vez más dañada por los incendios subterráneos. La demanda de tierras ricas en carbón se volvió demasiado alta para que los pobres de Jharia pudieran mantener su propiedad o continuar con negocios agrícolas rentables frente a una nueva industria y a una empresa tan poderosa como la BCCL.
BCCL también ha sido acusada por grupos ecologistas locales de provocar deliberadamente incendios subterráneos como pretexto para desalojar a los residentes locales y hacerse con sus tierras para la expansión minera.
BCCL está obligado a contratar una cierta cuota de trabajadores locales, pero muchos de los habitantes de la zona se quedan pronto sin empleo o consiguen solo algunos turnos en las minas oficiales. El resto de sus ingresos a menudo se complementan con trabajo ilegal para la Mafia del Carbón: pagan menos y no ofrecen seguridad alguna, pero siempre hay demanda de empleo.
Muchos de los trabajadores sufren de neumoconiosis, una afección respiratoria común para los mineros, ocasionada por las partículas de carbón que se alojan en los pulmones. La tuberculosis y el asma grave también son habituales. Estos problemas de salud se ven agravados por el hecho de que las condiciones de trabajo en las minas son deficientes y porque hay muy poca responsabilidad corporativa en lo que se refiere a la salud y a la seguridad de los trabajadores.
Pero, lo más alarmante es ver que lugares como este revelan el coste y la realidad cotidiana de la agenda del desarrollo de la nación. El éxito económico de la India, con sus brillantes rascacielos de Mumbai o con sus clases medias cada vez más ricas de Delhi, se consigue a costa de los más vulnerables: los pobres y el rechazo de las castas de lugares como Jharia.
Esta es una de las verdaderas caras del desarrollo de la India...
(Souvid Datta).
Vía: Buzz Feed
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