Podría pensarse que la exhibición de estas fotografías lleva implícito cierto morbo. Sin embargo, esta serie de retratos sobre el desgaste físico que trae consigo el uso de la metanfetamina son publicados periódicamente por la Oficina del Sheriff del Condado de Multnomah, en Oregón (USA), para advertirle a la población, y sobre todo a los jóvenes, sobre los estragos que genera esta adicción.
Las imágenes muestran los rostros de varios adictos, y cómo esta droga va consumiéndolos. Su piel se vuelve gris y demacrada, el rostro adquiere una expresión de angustia y tristeza, pierden sus dientes y cabello, y terminan con cicatrices y costras en todo el cuerpo. Las fotos son tomadas cada vez que estos sujetos son detenidos.
Por ahora van cerca de 2000 rostros captados en este archivo policial. Se dan a conocer periódicamente y le han dado la vuelta al mundo. Este proyecto lleva por nombre "Faces of Meth" y arrancó en el 2004.
La metanfetamina ("meth") es una droga ilegal que actúa como un estimulante del sistema nervioso central. Es un potente psicoestimulante. No sólo se trata de una droga altamente adictiva, sino que las personas que la consumen alcanzan rápidamente la tolerancia, lo que lleva a utilizar cada vez más cantidad de esta sustancia.
Aunque la estructura química de la metanfetamina es similar a la de la anfetamina, sus efectos sobre el sistema nervioso central son muchos más pronunciados.
El consumidor de metanfetamina siente una rápida estimulación, con un fuerte incremento de la actividad, disminución del apetito y euforia. Sus efectos duran entre 6 y 8 horas. Los adictos a esta droga pueden permanecer despiertos durante varios días, lo que ocasiona un creciente agotamiento físico, psicológico y cognitivo.
Se fabrica en laboratorios clandestinos usando procedimientos sencillos e ingredientes relativamente baratos, generalmente de fácil acceso.
Los efectos secundarios del uso de la metanfetamina incluyen alucinaciones y comportamientos repetitivos. El uso a largo plazo de la metanfetamina, las dosis altas, o ambas cosas pueden causar psicosis y paranoia. En algunos casos, puede incluso dar lugar a accidentes cerebrovasculares y la muerte.
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